Los pasados días 19 y 20 de octubre se celebraron en Alemania unas Conferencias bianuales dedicadas a analizar el estado del sector marítimo y la industria naval alemanes, y las posibles estrategias de futuro. Algunos puntos fuertes sobre los que se trató:

  • La intención era tratar cada tema a nivel de la UE, incluso mundial, pero en la práctica el foco estuvo puesto en los intereses alemanes. ¿Se puede pensar realmente a la vez a nivel europeo, mundial y nacional?
  • Alemania quiere mantener una flota potente (está en el puesto 15 en cuanto a tamaño de flota por países, 8º sin contar banderas de conveniencia); pero tener abanderado un barco allí sale más caro que tenerlo en otras banderas; para hacer más atractiva la bandera alemana, se implementarán (más) exenciones fiscales
  • ¿Se pueden dedicar 100 millones de euros para asegurarse de que los barcos alemanes empleen a tripulaciones alemanas?
  • El sector marítimo alemán recibe 50 millones de euros anuales para I+D; el sector espacial/aeronáutico, ¡1.500 millones!
  • La conexión entre puertos grandes y otros más pequeños: ese problema de cooperación; al que hay que añadir que se potencian solo los 2 o 3 puertos más importantes, quedando al margen el resto
  • Una tendencia de futuro: la extracción minera en fondos oceánicos (y los problemas medioambientales que habrá que prever)
  • En Alemania se construyen buenos barcos, pero «los astilleros europeos no deben dormirse en los laureles» (dijo el Presidente de Norwegian Cruise Lines, que suele construir sus barcos allí)
  • Nunca hay que renunciar a mejorar la formación de las tripulaciones; pero formar no sirve de nada si los alumnos no pueden después hacer prácticas, ni más tarde tener opciones de ser contratados (sin ser esclavizados, se sobreentiende). ¿Hasta qué punto tiene que solucionarse este problema con dinero puesto por el Estado?

De esos debates se deberían extraer algunas conclusiones – no sabemos muy bien cuáles. En todas partes cuecen habas, o chucrut: depende de si lo vemos literalmente como unas jornadas alemanas, o si abrimos el foco y extrapolamos a países vecinos donde los problemas son los mismos, un dos tres responda otra vez:

  • Nos importa poco lo que le pase al vecino
  • Poca inversión en I+D
  • Tener una bandera potente (y por tanto generar empleo nacional) sale caro, sobre todo a las navieras
  • Dificultad para hacer horas de mar durante o tras la formación

¿La solución? También la misma: el maná del dinero público. Pero para conseguir un sector marítimo potente ¿el fin justifica los medios?


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